Ivonne: mi familia está siempre presente

Ivonne (37) no sabe quién le está enseñando a quién, pero apuesta por Emilia. Durante los últimos fines de semana, ella y Rolando, su papá, han estado practicando en la plaza más cercana a su departamento. Ivonne se imagina también que quien se encarga de hacer el registro de los entrenamientos es David. “Debe de estar grabando los videos, mirando, tomándose un jugo o un helado”, se ríe.

Ivonne y Rolando se conocieron en 2001, mientras eran compañeros en el instituto profesional. Se hicieron amigos y, poco tiempo después, comenzaron una relación. En 2005, justo después de egresar y rendir el examen de título, se casaron.

Emilia nació en 2008. La familia llevaba una vida tranquila, pero unos meses más tarde comenzaron las primeras discusiones. No se estaban llevando bien y tomaron la decisión de separarse.

Aunque Ivonne sospechaba las razones, esperó a que Rolando pudiera contarle. Y cuando se sinceró sobre su orientación sexual y le dijo que era gay, Ivonne sintió naturalmente una crisis. “La situación era compleja; ¿cómo le dices al resto que tu esposo es gay y que por eso te separas? Claro que se produce un quiebre, pero partí al tiro un proceso de reconstrucción”, recuerda.

El agradecimiento vino poco tiempo después. “Yo le agradecí que me haya dicho la verdad, porque también sé que vivir en una mentira -tanto para él como para mí- no iba a tener sentido. El cariño siempre iba a estar, pero no de pareja. Y ahí no se puede construir una relación, sin ser sincero con la persona que estás”, cuenta Ivonne.

“Yo le agradecí que me haya dicho la verdad, porque también sé que vivir en una mentira -tanto para él como para mí- no iba a tener sentido. El cariño siempre iba a estar, pero no de pareja”, cuenta Ivonne.

Así, ambos entendieron que no existían culpas y se enfocaron en lo importante: Emilia. “Lo que yo quería era que ella tuviera a sus papás y que supiera, desde chica, que ésta era su familia. Que Rolando es su papá y que va a estar presente como cualquier otro papá”, afirma Ivonne.

Y Rolando ha estado siempre presente, compartiendo responsabilidades y el proceso de crianza de Emilia. “Lo nuestro es igual a lo de cualquier familia separada; nos organizamos para repartirnos los fines de semana y ella se va con su papá en la que quiere estar. Porque somos una familia; Rolando es parte de mi familia. Y podemos enojarnos y tener nuestras diferencias, pero sé que siempre va a estar ahí”, explica Ivonne.  

“Lo nuestro es igual a lo de cualquier familia separada (…) Porque somos una familia; Rolando es parte de mi familia. Y podemos enojarnos y tener nuestras diferencias, pero sé que siempre va a estar ahí”, explica Ivonne.

Por esa razón, ha sido muy importante que Emilia sepa la verdad. Ella siempre ha sabido que su papá es gay y que tiene un pololo, lo que le es completamente natural. De hecho, fue ella misma quien se lo contó a sus abuelos, los papás de Ivonne, en un paseo familiar.

Esa naturalidad le ha permitido a Emilia tener la película clara. Ella vive con su mamá, su marido Ricardo y sus dos hermanos (nacidos de esta relación), mientras que pasa los fines de semana con su papá y David. “La Emilia tiene la claridad que tiene un papá y es Rolando. Y que yo tengo un esposo y Rolando su pareja. Y listo”, cuenta Ivonne.

En ese ambiente familiar fue en el que se recibió a David. Rolando se lo presentó formalmente a Ivonne y Emilia, en un momento en el que también estuvieron Ricardo y los niños. Ivonne recuerda un momento de su matrimonio con Ricardo que es clave para su familia: “Cuando me casé de nuevo, invité a agarrar el ramo a mujeres y hombres solteros. ¿Y sabes quién lo agarró? ¡David! Y para mí fue como un traspaso de mando: Rolando es ahora tuyo”, recuerda con cariño.

Y la relación entre David y Emilia no puede ser mejor. “Son iguales. Les encantan las cosas dulces y ver tele. Las cosas con la que la Emilia raya con las mismas que las de David”, dice Ivonne.

“Me gusta la relación de David y Rolando, porque él se bien y tranquilo. Y la Emilia también”, afirma Ivonne.

En febrero, David y Rolando contraerán la unión civil. Emilia está preocupada del vestido que ocupará, de sus zapatos nuevos y su peinado. A Ivonne, que también asistirá, le parece que la ceremonia será el cierre de una etapa para su exmarido. “Ha encontrado a alguien que lo ama por quién es, cómo es y todo lo que tiene, con toda su historia. Lo que nos incluye a mí y la Emilia y toda nuestra relación familiar”, dice.

Y estos anhelos tambié incluyen a David. “Él también tiene y tendrá a Emilia con todo lo que implica ser papá. Preocuparse de cuando esté enferma o ir a verla al colegio. Se sumará a nuestras rutinas”, asegura Ivonne.

Y, a pesar de eso, el temor se mantiene. Empezó hace 8 años, cuando a Rolando le daba mucho susto que a Ivonne le pasara algo y no saber qué podía ocurrir con Emilia. “A él le preocupaba mucho que si yo me muriera, dada su orientación sexual, se pudiera cuestionar su rol de padre, que es incuestionable. Y si a mí me pasa algo, con quien esperaría que la Emilia se quede es con su papá, evidentemente. Y, en eso, el matrimonio igualitario es necesario, desde lo legal y la protección”, señala Ivonne.

“Y si a mí me pasa algo, con quien esperaría que la Emilia se quede es con su papá, evidentemente. Y, en eso, el matrimonio igualitario es necesario, desde lo legal y la protección”, señala Ivonne.

“Esto es más que la buena voluntad. Es un derecho de poder tener la libertad de sentirme y hacerme responsable de nuestros hijos como cada padre y madre lo hace hasta el minuto”, termina.

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